En el siglo xiv el historiador garnatí Ibn al-Jatib menciona en sus crónicas once alquerías de la zona, entre las que se encontraba "al-Walima" («la anfitriona»); su nombre sugiere que por la zona había alguna posada o lugar de descanso durante esta etapa histórica, a partir de la cual se construyó un núcleo de población más amplio.
Algunos autores defienden que llegó a ser centro geográfico del distrito de El Temple y desde luego se hallaba en la ruta de las grandes aldeas entre Granada y Alhama. En el siglo xvii Henríquez de Jorquera escribe sobre la zona y cita grandes caseríos como "Güemal", anexos a la villa que sería la actual Ventas de Huelma. También en este siglo Francisco de Velasco, párroco de la Iglesia de San Matías de Granada, viene a las tierras de Huelma y pasa un tiempo hasta su muerte; se le atribuye la rehabilitación de una cueva que se sirvió de morada y alrededor de la cual luego se construiría lo que sería la ermita de Ventas. En el siglo xviii las tierras eran propiedad del Colegio de San Pablo y Santiago de Granada, de la Compañía de Jesús, según datos del Catastro del Marqués de la Ensenada. Hubo vecinos viviendo en las cuevas, situación que duró hasta los años 1960.